Dolor persistente
Si experimentas dolor crónico o persistente en alguna parte del cuerpo, como en las articulaciones, espalda o pecho, un estudio de rayos X puede ayudar a identificar la causa.
Tras una lesión o accidente
Si has sufrido una caída, golpe o accidente, los rayos X ayudan a detectar fracturas, fisuras o dislocaciones.
Dificultad para respirar o tos severa
Si tienes problemas respiratorios o una tos que no desaparece, un rayos X de tórax puede revelar infecciones pulmonares, neumonía o posibles tumores.
Problemas digestivos
Para problemas estomacales persistentes, los estudios contrastados pueden revelar obstrucciones o alteraciones en el sistema digestivo.
Evaluación de enfermedades crónicas
Para monitorear condiciones como la artritis, osteoporosis o enfermedades cardíacas, los rayos X pueden proporcionar información crucial para ajustar el tratamiento.